Dersu Uzala (El cazador: Kurosawa, 1975)

Puntos:★★★★★
Categoría:Cine
Género: de Autor
Título de un libro escrito por Vladímir Arséniev, en el que narra su encuentro con Dersu Uzala, un anciano cazador de la tribu china Hezhen, su relación de amistad y el profundo respeto por la humanidad de Dersu, aunque fuera de una cultura totalmente distinta a la suya. Dersu era nómada y animista, entablaba una relación con la Naturaleza de igual a igual, sin intentar imponerse como hace la Civilización Occidental. Este libro está considerado en Rusia como un clásico.

Dersu Uzala (Дерсу Узала) es, también, el título de una película basada en el libro de Arseniev. De producción soviética y dirigida por el japonés Akira Kurosawa. Fue rodada durante 1974, en los escenarios naturales que recorrieron Dersu y Arseniev, bajo condiciones meteorológicas adversas para la grabación de una película. Ganó un Oscar en 1975 como «Mejor película de habla no inglesa» (bueno: ¿desde cuándo todo debe ser de habla inglesa? ¡carajo!) Ayudó a la difusión en Occidente del libro homónimo. Fue interpretado por Maksim Munzuk.(asegún WikipediA)

Ya en 1961, los rusos llevaron a la gran pantalla, la vida de este peculiar cazador (Dersú Uzalá) nómada, animista, de aspecto simiesco y piernas arqueadas, perteneciente al pueblo nanai, antiguamente conocidos como "golds" de la taiga plagada de bosques de coníferas, entre cedros y pinos del Lejano Este Ruso, entre Siberia y el océano Pacífico; de la mano del cineasta ruso Agasi Babayan y basada en los libros del científico y explorador soviético Vladimir Arsenyev, durante sus viajes (1902-1907) con fines cartográficos a la región de Ussuri, bañada por el río del mismo nombre, que transcurre entre el noreste de China y la citada región del Lejano Este Ruso.

Con el prestigio un tanto tocado sobre todo en su país natal, el extraordinario cineasta, productor y guionista nipón Akira Kurosawa, retoma esta maravillosa epopeya por los edénicos paisajes de la taiga siberiana, azotados de forma inmisericorde en las duras estaciones del otoño e invierno, por unas cruentas condiciones atmosféricas, en donde los expedicionarios rusos comprobaron en carne propia, la verdad universal que el entrañable cazador gold se encargó de demostrarles al paso de los días; que el ser humano es un grano de arena en el esquema del cosmos.

Kurosawa alterna planos cortos con planos largos a su entero antojo, elimina el uso de varias cámaras e incluso el zoom y se centra en visiones panorámicas, haciendo uso en el estudio de diversos ángulos que dieran el aspecto de composición fragmentada, abusando del teleobjetivo como en él era costumbre y narrándonos de manera magistral, elíptica y sin nigún tipo de alarde barroco, en formato 70mm, con diálogos concisos y lacónicos, las maravillosas enseñanzas animistas de este humilde ser humano; espíritus que habitan seres animados e inanimados.

La Bamba, el señor de la jungla es el poderoso y amenazante tigre, a quien él cree haber importunado justo cuando era habitado por el espíritu del Bosque, y en sus últimos días, antes de caer ciego y regresar a morir a su querida Primorsky Krai, vivió obsesionado y crispado (al clasificar el género humano entre gente buena y gente mala) con la idea de la venganza de aquel espíritu omnímodo.

Nos enseñaba además, que el fuego de la hoguera al crepitar nos susurra cosas al oído, que cuando los pájaros cantan, la tormenta amaina y se anuncia el sol.

Dersu aprende constantemente, es de naturaleza buena ("sal, cerillas y arroz para los que vengan detrás...").

Causa empatía y conmiseración contemplar a Dersu en sus días finales, incómodo en la habitación de una confortable casa de ciudad ("La ciudad asfixia"). Y esa fría habitación de huéspedes, en casa de su íntimo amigo Arsenyev, nos parece aún más fría que esas gélidas noches de ventisca en la taiga siberiana, cuando uno debía apresurarse a construir una morada inmprovisada a base de hojarasca.
(OjO: la video te manda a YouTube y ahí lo puedes ver en Pantalla Completa)

Muchas veces me he sentido como Derzú, cuando visito las grandes urbes... como el capitán Arseniev, llegué verde a la Selva centroamericana, a fines de los años cincuenta. Conocí a Samuel, tigrero de profesión y borracho por elección, quien me enseñó a dejarme guiar por la Naturaleza. También viví en carne propia el resultado de matar a un Tigre...(así llamamos al Jaguar en nuestras selvas, cada vez más escasas ...) y no pasó a mayores, porque también es mi Espíritu Protector... vean mi blog !¡ Regalo de Cumpleaños ¡!.

Jean Loup, cazador descalzo entre tanto milUsos ...

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